Ayer después de una clase de inteligencia emocional, se me acercaron algunos alumnos a compartirme sus inquietudes. Uno de ellos estaba preocupado de cuál era el límite para no pasar a llevar “su integridad” y quedarse en una empresa en que había cambiado y que no le gustaba la dirección que estaba tomando.
Yo le pregunté: Cuál es el límite tu dignidad? El sonrió, se dio cuenta que de momento eran las ideas que ya no compartía y por eso debía irse, ya que nadie realmente le había faltado el respeto. Me agradeció y dijo que se daba cuenta “que tan importante como la integridad, era la confianza en uno mismo”; y que me seguiría contando como avanzaba su búsqueda laboral.
La integridad es parte de la autorregulación emocional, y tan importante como lo anterior es la confianza que es parte de la autoconciencia emocional; ya que si nuestra autoestima está debilitada veremos enemigos en todos lados.
Al final, en el fondo de tu corazón nadie puede dañarte y sólo tú puedes liberarte, al atreverte a conocerte.